
Santo Domingo, R.D. – 12 de julio de 2025 – Diversos sectores de la sociedad dominicana han expresado de manera contundente su rechazo a la propuesta de reducir parte del Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael M. Moscoso para dar paso a la ampliación de la avenida República de Colombia, con el fin de disminuir los congestionamientos vehiculares en esa zona.
Organizaciones ambientalistas, urbanistas, académicos, figuras públicas, representantes del sector salud y ciudadanos comunes han alzado su voz en defensa de uno de los pulmones ecológicos más importantes del Distrito Nacional, alegando que la medida representaría un grave atentado contra la biodiversidad, el equilibrio ambiental y la calidad de vida de los capitaleños.
“Reducir el Jardín Botánico para construir más asfalto es una decisión miope e insostenible. La ciudad necesita más áreas verdes, no menos”, expresó la Fundación Acción Verde, una de las primeras en manifestarse públicamente.
Asimismo, entidades como la Academia de Ciencias, el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA), la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), así como sectores empresariales responsables, han hecho llamados al Gobierno para reconsiderar la propuesta y buscar soluciones alternativas que respeten el patrimonio natural del país.
El Jardín Botánico, inaugurado en 1976, alberga cientos de especies endémicas y nativas, muchas de ellas en peligro de extinción, y funge como espacio de educación, recreación y esparcimiento para miles de visitantes cada año.
El rechazo ciudadano también ha tomado fuerza en redes sociales, donde los hashtags #NoToquenElJardín y #SalvemosElBotánico han sido tendencia durante varios días consecutivos. En tanto, activistas convocan a una manifestación pacífica para este fin de semana frente a las instalaciones del parque, exigiendo que se detenga cualquier intento de modificación territorial.
Hasta el momento, las autoridades no han emitido un comunicado oficial detallando la viabilidad ni el alcance real del proyecto vial, lo que ha aumentado la incertidumbre y el malestar en sectores comprometidos con el desarrollo urbano sostenible.
La ciudadanía reitera que el progreso no puede construirse sacrificando el medio ambiente, y exige que se prioricen soluciones inteligentes y sostenibles que protejan el legado natural de las futuras generaciones.