
CRN Noticias RD – En una era donde el acceso a la tecnología define las oportunidades de desarrollo, la solidaridad digital se ha convertido en una poderosa herramienta para cerrar la brecha digital que aún afecta a miles de personas en la República Dominicana y otras regiones del mundo.
La solidaridad digital se refiere a acciones colaborativas y sostenibles orientadas a garantizar el acceso equitativo a la tecnología, la conectividad y las competencias digitales. Esta puede expresarse a través de la donación de equipos tecnológicos, la formación en habilidades digitales, o el desarrollo de programas de inclusión digital liderados por gobiernos, empresas, organizaciones sin fines de lucro y ciudadanos comprometidos.
En el país, diversas iniciativas públicas y privadas han comenzado a dar pasos concretos en esta dirección. Programas como “República Digital”, impulsado por el gobierno, y esfuerzos de fundaciones comunitarias, buscan democratizar el acceso al internet, facilitar dispositivos a estudiantes de escasos recursos y fomentar la alfabetización digital.
No obstante, especialistas en desarrollo tecnológico coinciden en que la desigualdad digital sigue siendo un gran desafío, especialmente en comunidades rurales, donde la conectividad es limitada o inexistente. En esos espacios, la solidaridad digital no solo es necesaria, sino urgente.
“La brecha digital no es solo un tema de acceso, sino también de oportunidades. Si no la enfrentamos con un enfoque solidario, seguiremos alimentando otras formas de exclusión social”, expresó la experta en innovación y tecnología social, María Altagracia Gómez, durante un reciente foro sobre equidad digital.
A través de campañas de donación de laptops y tabletas, talleres gratuitos para adultos mayores, y la creación de centros comunitarios con conexión Wi-Fi, la solidaridad digital va tomando fuerza como un movimiento de cambio social. Algunas empresas tecnológicas incluso han adoptado este enfoque como parte de sus políticas de responsabilidad social corporativa.
Pero más allá de los esfuerzos institucionales, los ciudadanos también pueden ejercer solidaridad digital: compartir conocimientos tecnológicos, enseñar a otros cómo utilizar herramientas básicas o ayudar a alguien a acceder a clases en línea, son formas simples pero efectivas de contribuir.
Reducir la brecha digital en República Dominicana requiere una visión colectiva y un compromiso activo, donde la tecnología deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho accesible para todos.