
Halftone collage banner, three hands unraveling a ball of thread in the head, the concept of psychological help.
Preocupación creciente por el deterioro emocional de adolescentes y adultos jóvenes en un país con escasos recursos especializados y mucho estigma.
Por CRN Noticias RD
SANTO DOMINGO. – Cada vez con más frecuencia, la salud mental de los jóvenes en República Dominicana se pone en tela de juicio. Casos de ansiedad, depresión, crisis de identidad, consumo de sustancias y conductas autodestructivas se están volviendo parte de la cotidianidad en hogares, escuelas y redes sociales.
Aunque por años fue un tema silenciado, hoy la realidad es evidente: la salud mental de muchos adolescentes y adultos jóvenes dominicanos está en crisis, y el sistema de salud aún no está preparado para enfrentarla de manera eficaz.
Los síntomas no son exclusivos de un solo grupo. Jóvenes de sectores populares, clase media o contextos privilegiados están mostrando signos de fatiga emocional, aislamiento, irritabilidad, trastornos de alimentación y pensamientos suicidas, entre otros.
Expertos advierten que factores como la presión académica, la inestabilidad económica, la falta de apoyo emocional en el hogar, el bullying escolar y el uso excesivo de redes sociales están generando un cóctel de estrés difícil de manejar.
“Muchos padres aún no aceptan que la ansiedad o la depresión son reales. Piensan que es flojera o falta de carácter, cuando en realidad es una condición clínica que necesita atención”, explica la psicóloga clínica Carolina Jiménez.
En República Dominicana, el acceso a servicios de salud mental sigue siendo limitado, especialmente para jóvenes sin recursos. Pocas escuelas tienen psicólogos a tiempo completo, y en muchas zonas del país, no hay ni siquiera un centro de atención psicológica básico.
Además, el estigma cultural y religioso sigue siendo fuerte. Muchos jóvenes evitan buscar ayuda por miedo a ser juzgados, incomprendidos o incluso castigados por sus familias.
Redes sociales: ¿ventana de expresión o factor de deterioro?
Las plataformas digitales se han convertido en un espacio donde los jóvenes expresan sus emociones, pero también pueden ser fuente de comparación tóxica, ansiedad y sobreexposición. El contenido viral, las métricas de aprobación y la validación externa están afectando la autoestima y la percepción de valor personal.
Aunque el Ministerio de Salud Pública ha impulsado campañas sobre bienestar emocional, los esfuerzos siguen siendo insuficientes y desarticulados. Organizaciones como Psiqué RD, Jóvenes por la Salud Mental y otras fundaciones privadas están tratando de llenar el vacío, pero se requiere una política pública robusta, con inversión real y educación emocional desde las aulas.
La salud mental de nuestros jóvenes ya no puede ser un tema tabú ni tratado con ligereza. Estamos ante una generación que pide ayuda, que necesita ser escuchada y validada, no juzgada ni ignorada.
Es momento de dejar de preguntar “¿Qué les pasa a los jóvenes?” y empezar a preguntarnos “¿Qué estamos haciendo para protegerlos emocionalmente?”. Porque su bienestar mental es también el futuro del país.
#CRNSaludMental #JuventudRD #HablemosDeSaludMental #NoEsDebilidadEsSalud