
En un momento donde el ejercicio del periodismo enfrenta desafíos estructurales, tanto desde el ámbito digital como en lo institucional, el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) necesita más que nunca una conducción con carácter, visión y, sobre todo, compromiso con la esencia misma de nuestra profesión. Por eso, el respaldo público del actual presidente del CDP, Aurelio Henríquez, y de connotados dirigentes del Movimiento Marcelino Vega (MMV) a la precandidatura de José Beato, no es un simple gesto político: es una señal clara de hacia dónde debe mirar el gremio si quiere fortalecerse.
José Beato no es un improvisado. Su trayectoria de más de tres décadas en los medios de comunicación y su historial gremial hablan por sí solos. Se trata de un profesional con vocación magisterial, conocedor del terreno que pisa y con una visión clara de lo que el CDP necesita para recuperar su autoridad y pertinencia en la vida nacional. Desde su militancia en los medios como corresponsal en los años 80 hasta su rol actual como productor de televisión y asesor de comunicación, Beato ha combinado experiencia, preparación académica y sensibilidad gremial.
Pero más allá del currículum, lo que representa su figura es una vuelta a los valores fundacionales del CDP: ética, solidaridad, defensa del ejercicio profesional y búsqueda constante de mejores condiciones para quienes ejercen el oficio. En tiempos donde el gremio ha sido golpeado por el descrédito y el clientelismo, José Beato aparece como una figura aglutinadora, con un discurso coherente y propuestas reales, como la urgente necesidad de una ley de colegiación robusta que blinde la profesión del oportunismo y el intrusismo.
El respaldo de figuras como Onelio Domínguez, Fahd Jacobo, José Alfredo Espinal, Luis Céspedes Peña, entre otros veteranos del MMV, no es gratuito. Tampoco es casual que dirigentes de múltiples provincias —desde San Pedro de Macorís hasta La Altagracia— se estén alineando en torno a su precandidatura. Este fenómeno responde a una necesidad: construir una dirección gremial con capacidad de ejecución, unidad y visión a largo plazo.
Beato ha demostrado que su liderazgo no se limita al Distrito Nacional. Su respaldo a otras figuras dentro del proceso electoral gremial —como Siddy Roque para el IPPP o Francisco Marte para la seccional capitalina— evidencia una estrategia colectiva, no individualista. Y eso, en un gremio muchas veces dividido por intereses personales, es refrescante.
Si queremos un CDP que represente de verdad a los periodistas dominicanos, que defienda nuestras condiciones laborales, que promueva la formación continua y recupere su autoridad moral ante la sociedad, debemos apostar por líderes que ya hayan demostrado compromiso real con la causa. José Beato, sin duda, es uno de ellos.
Apoyar su candidatura no es solo respaldar a una persona; es abrazar una idea: la de que el CDP todavía puede ser ese espacio de dignidad, lucha y construcción colectiva por el bien del periodismo dominicano.