
Santo Domingo, R.D. – En un mundo cada vez más interconectado, la tecnología se convierte en la herramienta clave para construir ciudades más eficientes, sostenibles y seguras. El concepto de ciudades inteligentes o smart cities ha comenzado a tomar fuerza en República Dominicana, impulsando transformaciones urbanas que prometen mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Una ciudad inteligente utiliza tecnología y datos para optimizar los servicios públicos, gestionar el tránsito, reducir el consumo energético, reforzar la seguridad y facilitar la participación ciudadana. En el país, iniciativas como parquímetros inteligentes, cámaras de videovigilancia con reconocimiento facial, sensores de basura y semáforos sincronizados por inteligencia artificial están dando los primeros pasos hacia esa transformación.
Municipios como Santo Domingo Este y Santiago han iniciado proyectos piloto que integran plataformas digitales para reportar incidencias, monitorear el tráfico en tiempo real o gestionar el alumbrado público de forma remota. Estos avances no solo mejoran la eficiencia del gobierno local, sino que también promueven la transparencia y la participación ciudadana.
El arquitecto y urbanista Luis Herrera, experto en planificación territorial, afirma que “una ciudad inteligente no es solo tecnología, sino también planificación con visión humana. Se trata de colocar la innovación al servicio de la gente, no al revés”.
No obstante, aún quedan retos por superar: infraestructura tecnológica, conectividad en zonas rurales, inversión pública y privada, y capacitación del talento humano. Para lograr avances sostenibles, es crucial fomentar alianzas entre el Estado, las universidades y el sector empresarial.
República Dominicana tiene el potencial para ser referente en el Caribe en la creación de ciudades inteligentes inclusivas y resilientes, pero necesita definir una hoja de ruta que contemple desde la transformación digital hasta la equidad social.
“No se trata de llenar las calles de sensores, sino de construir una ciudad que piense, escuche y responda a las necesidades de su gente”, concluye Herrera.